¡Qué tiempo tan feliz!...

AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS

Han llegado a la Isla aires antiguos que por un momento nos han devuelto a la infancia y parte de la juventud que casi teníamos olvidados. Llegaron primero los juegos y el sabor de aquellos que con muy poco lo teníamos todo. Nuestro mundo era la calle, donde discurría nuestra vida. Éramos felices sin nada, porque lo hacíamos nosotros. No teníamos perras gordas, ni perras chicas y nosotros nos 'hacíamos' nuestros juguetes, pelotas de trapo, chapas de botellas con la que organizábamos carreras ciclistas, o les dábamos la vuelta y teníamos un equipo de fútbol y por balón, un garbanzo.

Creábamos nuestros juegos, hincando  un clavo en el suelo de barro. Allí nos repartíamos nuestros territorios, hasta ser dueños y señores de nuestras parcelas... Jugábamos a escondernos y encontrarnos, a coger un pañuelo el más hábil, a saltar los unos sobre los otros, a dar vueltas con una simple cuerda y hacer bailar la peonza para sacar chapas... 


Eran horas y horas en la calle hasta que llegaba la noche y volvíamos a casa con las rodillas negras de arrastrarnos por el suelo, con las consecuentes reprimendas del ama de la casa. Era de noche y no había televisiones, ni calefacción, tan sólo una camilla con un brasero de cisco y badila donde los tres, los cuatro, los cinco, los seis... y más, a los largos de aquellos años 'post guerreros'.

Tan sólo en la radio hablaba el 'Zorro, Zorrito' cantaba  Antonio Machín, o parloteaban Matilde, Perico y Periquín. Domingos de cartas y de parchís... Y vuelta al colegio el lunes y vueltas al campo si no ta habías sabido la tabla de multiplicar. Pero éramos felices, lo poco era TODO. "¡Qué tiempo tan feliz, vivimos tú y yo" cantaría luego Matt MONRO





Pasó el tiempo, nos hicimos mayores , cambiaron los aires, pero aún teníamos ilusión... y un grupo de dos chicas y cinco chicos cantaron sus Jarchas.

Dicen los viejos que este país necesita
Palo largo y mano dura
Para evitar lo peor

Pero yo sólo he visto gente
Que sufre y calla, dolor y miedo
Gente que sólo desea
Su pan, su hembra y la fiesta en paz

Libertad, libertad
Sin ira libertad

Guárdate tu miedo y tu ira...

Los aires han cambiado, ya no tenemos ni bolas, ni peonzas, ni aros, ni chapas... Los niños no juegan al  'tirable', ni al parchís, ni hacen 'carreras ciclistas' , ni partidos de fútbol con chapas de botellas. Ahora no hablan, no juegan en la calle,  tienen unos aparatos que no sueltan de la mano y se 'guasapan'...
Mando todo el día el mensaje
para mí es que Whatshapp
es todo lo que hay...


Comentarios

Cynamon ha dicho que…
Con menos posibilidades, éramos capaces de ser auténticos niños, llenos de imaginación e ilusiones, y estiramos todo lo que pudimos nuestra infancia. Al menos yo lo hice.

Pero ahora, cualquier mocoso se entretiene en su silla de paseo con los juegos del "aifon" de papá o mamá, para pasar en poco tiempo a entretenerse con el suyo.

Al margen de estar formando generaciones de futuros sordos y con déficits importantes de visión prematuros, ¿son y serán personas más felices?

Tengo mis dudas, o sería más apropiado decir que no me cabe la menor duda de que no lo son, aunque me gustaría equivocarme.
Campurriana ha dicho que…
Pues sí. Es triste pensar que ya no van a vivir estas experiencias tan bonitas, tan sanas a pesar de las rodillas llenas de cicatrices. Ahora veo las mías y las beso. Me encantan mis heridas de guerra!

Precioso vídeo que compartiré, Nau. Me ha traído dulces recuerdos. Muchos.
:)

Cynamon, a mí también me gustaría equivocarme pero opino que sí se están perdiendo algo importante y lo bueno es que no serán conscientes de ello. O, más bien, lo malo...
Douce ha dicho que…
Pues mira, Cyna:

- Subrayo tu primera premisa de nuestra infancia, por mi parte en tiempos más difíciles, cuando sonaban los aviones, tenía a padre y tío en las trincheras y veía desfilar los soldados por las calles de Salamanca y me ponía a la cola marcando el paso...

Luego cesaron los aviones, los cañones y pudimos salir a la calle, sin casi nada. Llegaron los cuatro, los cinco, seis años hasta muy avanzado… Nos habíamos fabricado una cantidad de artilugios: aros que rodaban, peonzas que bailaban y a las que se les quitaba el pico “garbanzo”, para poner un pico púa para defenderse de las otras. Nos metíamos en los juegos de cordel de las niñas o escondites, hacíamos virguerías con las chapas e íbamos a casa cuando encendían las farolas, las rodillas embarradas después de haber jugado a guardias y ladrones o al “tirable”...

¡Cómo íbamos a olvidarlo, si han dejado un sello que nunca olvidaremos y aún somos niños algunos...!

Veo a niños de dos años con aparatitos casi como los de su padre que come en un cumpleaños con el Ipod en la mano... Ahora que viajo en autobús veo chicos sin clase con sus “aparatos”, cuyo nombre no sé, que se hablan estando ellos presentes o sonriendo cuando leen alguna gracia y luego no se hablan cuando están ‘vis a vis...’

No soy profeta, leo lo que dices, y también me pregunto cómo serán las generaciones del “guasá(p)”, palabra que he oído hace muy poco en una canción que me ha gustado mucho.

Lo que sí creo es que vivimos en un “Mundo Líquido” del que no conocemos quienes manejan los hilos de las MARIO-NETAS

Cyna, me parece que no te equivocas. Nadie podrá quitarnos cuando fuimos muy “felices”, con un poco que se hizo mucho.

Nadie nos lo quitará, así comenzamos
Douce ha dicho que…
Campu,

Creo que aún con diferencia de edad os quedó muchas cosas de aquellos tiempos y eso deja su marca.

Me envió Cyna ese video, aunque yo hablaba de más atrás. Pero vi el de los 'Guasa' y también me gustó mucho, lo que me invitó a buscar algunas de las fotos de tiempos antiguos.

No voy a hacer de profeta. El tiempo lo dirá aunque algunos no veamos ya el 'Futuro'.

Disfruta de lo que si tienes propio.

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